una brevísima historia de amor con mi ramitabumbum

" Es que trabajo muchas horas, entonces mis sesenta minutos de descanso los uso para hacer trámites o cosas por el estilo, como pagar facturas, llevar la ropa al lavadero o hacer sellos de goma. Hoy me tocó hacer un sello de goma para los mojitos, y como no tenía idea de cómo me fui hasta la gráfica de Alvarez Thomas y Lacroze. Así que mientras caminaba por Olleros me dediqué al armado de una ramitabumbum; una vez lista la prendí y caminamos juntos. El paseo (en eso se tranformó el trámite) fue agradable, tuvimos que sortear dos policías-vigilantes (con esos chalecos color mandarinaradioactiva fue fácil, parecen boyas), pero por suerte había muchas flores en macetas y macetones, y en algunos árboles también. Me acompañó hasta unos metros antes de la gráfica, donde no podía entrar fumando, creo; así que la descabecé y la dejé esperando sobre un delgadísimo techo que cubre de la lluvia a un buzón de edificio empotrado. Cinco minutos después volví por ella y allí estaba, sola, hermosa, apurada pero esperándome, brillante. La prendí y brillamos juntos. Su cadáver fue a estrellarse al seno mismo de la pachamama, o al de algún afortunado. Terminé de volver. El sello estará listo para el jueves."